Nuestros ancestros tenían en las semillas del cacao a la más valiosa de las monedas
conocidas por el hombre. Para ellos era un producto natural regalado por los dioses
para el disfrute de los seres humanos, pero también para el establecimiento de lazos
estrechos entre el mundo de los mortales y el mundo de los seres divinos. El cacao
tenía tanto valor para nuestros antepasados que era medio de intercambio comercial
tan valioso como el oro para los europeos ...